El templo mortuorio de Ramsés II se construyó en unos 20 años y forma parte de un complejo funerario inmenso. Este imponente templo en la orilla occidental de Luxor, en su día el Ramesseum se equiparaba a Abu Simbel en grandeza y a Medinet Habu en arquitectura. Irónicamente, las inundaciones del Nilo deterioraron el templo en que Ramsés aparece como un dios eterno. No olvide reparar en las imágenes de la Batalla de Kadesh, donde se muestra al faraón disparando sus armas al enemigo en retirada. Las estatuas colosales de Ramsés, que en su día se erguían en la entrada, hoy están en ruinas, aunque aún se pueden apreciar partes esparcidas por el templo.
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